TC: Esperando a Godot...María Luisa Segoviano
Este lunes 9 de enero, toman posesión los cuatro nuevos magistrados del Tribunal Constitucional y un día o dos más tarde se elegirán los que ocuparán la presidencia y vicepresidencia.
María Luisa Segoviano (Valladolid, 1950), la flamante magistrada del Tribunal Constitucional elegida por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que tomará posesión de su cargo, junto con los otros tres magistrados -Juan Carlos Campo, Laura Díez, por el Gobierno y César Tolosa, también por el CGPJ-, este lunes día 9 de enero, a las 12:30 horas, es quien tiene el as en la manga para decidir quién será el nuevo presidente o presidenta del máximo tribunal de garantías.
¿Por qué?
La mayoría del TC cambia después de nueve años del dominio del sector conservador al del llamado sector progresista. Si se incluye a Segoviano dentro de este último, la nueva mayoría sería de 7 magistrados y la minoría de 4. El Partido Popular sostiene que es una mayoría aplastante, pero es un partido olvidadizo con la aritmética. Porque los conservadores llegaron a tener mayoría de 8 a 3, antes de los nombramientos de noviembre de 2021 en el TC.
El caso es que, desde hace unos meses, una de las magistradas del sector progresista, María Luisa Balaguer (Almería, 1953), ha lanzado su propia campaña, independiente de su sector, para ser la próxima presidenta. Balaguer, catedrática de Derecho Constitucional, profesora de periodismo y escritora, ha hecho como slogan principal de esta campaña la idea de que sería la presidenta de consenso.
Porque, tanto Pedro González-Trevijano y Enrique Arnaldo, presidente saliente y magistrado, respectivamente, ambos del sector conservador le habrían alentado, segun fuentes del propio tribunal, a encabezar dicho proyecto.El objetivo: evitar que el candidato natural del sector progresista, Cándido Conde-Pumpido, ocupe la próxima presidencia.
Si los cuatro, incluyendo al nuevo magistrado Tolosa, votasen a favor de ella, con el voto de la candidata (Balaguer) y de María Luisa Segoviano, se redondearían los 6 votos, dejando al sector progresista en 5.
Es decir, una magistrada enrolada en el grupo progresista, que fue elegida por el Congreso de los Diputados en 2017, a propuesta del PSOE, se elevaría por encima de su sector para ser la presidenta y dejar en minoría al grupo progresista en la elección. Porque la mayoría del grupo perfila a Conde-Pumpido como su propio candidato.
No sería, si eso ocurre, la primera vez en la cual el sector conservador rompe al sector progresista, ni en el CGPJ ni en el TC. Carlos Lesmes, el expresidente del CGPJ, fue el maestro de la estrategia de decidir él quien era el “progresista” preferido del sector conservador y proceder a su nombramiento, aparte del conservador purasangre (fue el caso del vicepresidente del Tribunal Supremo y CGPJ Ángel Juanes, en 2013).
Pero en el TC se trataría, nunca mejor dicho, de la reencarnación, a una escala nunca vista, claro, de lo que pasó con la magistrada Encarna Roca, quien cuando los progresistas propusieron nominar vicepresidente del TC a Fernando Valdés Dal Ré, cambió de bando y aceptó ser vicepresidenta con los votos conservadores. Una jugada que ahora se advierte con la candidatura de Balaguer.
Esa cooptación tuvo un precio elevado, porque Roca se alineó en múltiples sentencias con la derecha de las cuales algunas de las últimas fueron las de inconstitucionalidad de los estados de alarma por la pandemia que pedía Vox al no haberse declarado el estado de excepción.
Y mira por dónde una carambola para terminar con el bloqueo deliberado del TC por parte del PP y los magistrados conservadores del TC y el GGPJ -la elección de María Luisa Segoviano- la ha convertido en la Godot a la que los diez magistrados restantes esperan porque de ella -si los cómputos de la otra María Luisa, la Balaguer, son fehacientes, es decir si cuenta con los cuatro votos conservadores- dependería el triunfo de Balaguer.
Segoviano fue propuesta en septiembre pasado -después de sugerirle a vocal Álvaro Cuesta el 7 de septiembre que el sector progresista la incluyera entre sus candidatos, según declaró dicho miembro de la Comisión Permanente del CGPJ a El Periódico de Catalunya -, cosa que más tarde ocurrió.
En la primera lista de cinco candidatos, los progresistas introdujeron a Segoviano, pero como el sector conservador exigió, sin avanzar ninguno de sus propios candidatos, que se concretara la propuesta en un solo candidato, los progresistas propusieron al magistrado de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, José Manuel Bandrés. Y allí se anclaron.
La estrategia del vocal coordinador del grupo conservador en el CGPJ, José María Macías, socio del bufete de abogados Cuatrecasas, seguía siendo de bloqueo para aguantar hasta las próximas elecciones generales, pero quiso mostrar que quienes ponían palos en las ruedas de la renovación del TC eran los progresistas, quienes ya habían rechazado que los conservadores eligieran por ellos al magistrado Pablo Lucas, de la Sala Tercera del Tribunal Supremo.
Lucas, según confiaron fuentes del TC a El Periódico de Catalunya decidió finalmente desistir y comunicó a Macías que ya no quería ser candidato.
Convencidos de que estos no aceptarían un veto tan arbitrario, ostensible y personal como el que el sector conservador ponia al magistrado Bandrés, introdujeron, pues, a Segoviano en una nueva lista de dos candidatos para votar el pasado 27 de diciembre. El propio, César Tolosa, y el progresista, María Luisa Segoviano.
Pero, según dijo el presidente del CGPJ, Rafael Mozo a El Periódico de Catalunya, la nueva propuesta dejó al sector del que forma parte aquél, “sin opción”.
¿Por qué? Porque a la luz del nuevo auto de intromisión del TC en el Congreso y el Senado con la admisión de las medidas cautelarísimas a favor del PP contra las normas para desactivar el bloqueo, este asunto no se podría replantear a través de una proposición de ley. Porque Enrique Arnaldo, el ponente, dejó negro sobre blanco que no se podía renovar parcialmente el TC (por ejemplo, con los dos magistrados designados por el Gobierno). Siempre se aplicaría dicha resolución y por tanto no habría manera de superar el bloqueo.
Tanto los magistrados del sector progresista del TC como del CGPJ decidieron, pues, encajar el veto de Bandrés y evitar un año más de agonía o estado de coma del TC. La derecha consumó una de las operaciones de veto y discriminación de un magistrado intachable absolutamente inaceptables en democracia
Y en eso, como en la canción del compositor cubano Carlos Puebla, llegó María Luisa Segoviano.
Pionera como primera mujer presidenta de la Sala Cuarta de lo Social del Tribunal Supremo, el perfil de Segoviano encaja en las necesidades del TC, es decir una experta en derecho laboral, porque se ha quedado sin ellos (Fernando Valdés y Alfredo Montoya), habida cuenta de que la reforma (de la reforma laboral de Mariano Rajoy) es uno de los grandes asuntos pendientes.
El sector progresista, según fuentes próximas a dichos magistrados, se reunirá para designar su propuesta de candidato progresista único. Esas fuentes señalan que será el magistrado Conde-Pumpido, la bestia negra de la derecha judicial conservadora y del PP.
Será el primer paso, pero no el definitivo. Porque la posición de Balaguer es la espada de Damocles.
¿Por quién votará María Luisa Segoviano para la presidencia del TC en el Pleno que deberá convocar esta semana el magistrado de mayor edad, Ricardo Enríquez después de que mañana lunes 9 tome posesión?
El pasado lunes, día 2 de enero, antes de salir de vacaciones, María Luisa Segoviano anticipó en una comparecencia pública que tras la toma de posesión este lunes quería conocer “el plan o previsión que pueden tener cada uno de los aspirantes”.
. Y añadió: “Aparte de las facultades de gestión y organización de quien preside, también hay un elemento que es estrictamente personal, y es el carácter que uno tenga, la facultad de relacionarse con los demás, la empatía. Limar asperezas entre los miembros que componen el tribunal, tratar de acercar posiciones, ser capaz de en un determinado momento calmar los ánimos y suavizar. Creo que esto es muy importante a la hora de que el tribunal funcione, He escuchado opiniones de distintas personas”.
Parecía una reflexión muy poco improvisada. ¿Ya había adoptado su posesión?
¿Fue, por tanto, un mensaje sobre su inminente voto?
Esta semana, Godot María Luisa sí llegará y a diferencia de la canción donde se anunciaba el final de la diversión lo que en cambio sí acabará en el TC es la especulación.