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Principio del fin del `golpe de estado permanente´ del PP
La elección de María Luisa Segoviano con apoyo inesperado de los progresistas coge con el pie cambiado a los conservadores y abre la mayoría y presidencia progresista de Conde-Pumpido en el TC.
La magistrada María Luisa Segoviano, expresidenta de la Sala Cuarta, de lo Social del Tribunal Supremo.
El pacto secreto interno del sector progresista en Nochebuena cogió al vuelo la propuesta del sector conservador y se le informó al magistrado José Manual Bandrés, su candidato para el Tribunal Constitucional vetado por los conservadores, que la solución del bloqueo con una candidata propia prevalecería sobre su nombre. Es el principio del fin de una situación parecida a la que denunció en 1958 François Mitterrand, el líder del partido Socialista Francés, la oposición al presidente Charles de Gaulle, una situación de “golpe de Estado permanente”. Pero sigue pendiente la renovación del CGPJ que el PP de Feijóo pretende mantener hasta después de las elecciones generales, a finales de 2023, primeros de 2024 y cuya capacitad para hacer nombramientos sigue legalmente suspendida, lo que afecta al funcionamiento a todas las instituciones judiciales, especialmente al Tribunal Supremo.
Se llama: “El tiro por la culata”.
José María Macías, el pequeño Maquiavelo que lidera a los 10 vocales del sector conservador elegido en diciembre de 2013 -se dice pronto ¡van a entrar en su décimo año cuando fueron elegidos por cinco! -, abandonó la tarde de este martes 27 la sala de Plenos de la sede del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en la madrileña calle del Marqués de Ensenada con rostro demudado, según confiaron varias fuentes consultadas por este diario. El sector conservador había solicitado un Pleno extraordinario con la certeza de que el grupo progresista rechazaría el nombramiento de los magistrados César Tolosa y María Luisa Segoviano para el Tribunal Constitucional (TC) y los progresistas, uno tras otro, sin avisar, la apoyaron. Ambos magistrados salieron elegidos por unanimidad. Ahora toca a Pedro González-Trevijano, presidente saliente del TC, cumplir su promesa: con estos 2 nombramientos convocaría esta misma semana -dijo-, el jueves 29 de diciembre, el Pleno extraordinario del TC para dar el plácet a los 2 designados por el CGPJ, Segoviano y Tolosa, y a Juan Carlos Campo y Laura Díez por parte del Gobierno.
Macías llevó la partida de mus con Rafael Mozo, presidente del CGPJ, y Álvaro Cuesta, el portavoz del grupo progresista, ambos en contacto, según fuentes consultadas, con magistrados del TC.
Macías llegó a plantear que eligieran a cualquiera menos a José Manuel Bandrés, magistrado de la Sala Tercera, de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo.
Pero fue el vocal Juan Martínez Moya, magistrado de lo Social, quien sugirió a sus pares conservadores por qué no incorporar a María Luisa Segoviano, magistrada laboralista como él, que formaba parte de la primera lista de cinco magistrados del sector progresista presentada en la negociación con los conservadores, en septiembre pasado.
Segoviano se jubiló en octubre pasado. Pero antes, el 7 de septiembre, en el acto de apertura del año judicial presidido por el Rey, apuntó, en un aparte con Álvaro Cuesta, vocal progresista miembro de la Comisión Permanente del CGPJ, por qué no la tenían en cuenta, que sabía que el sector progresista tenía otros candidatos pero, no obstante, quería que contaran con ella, Precisamente, en la primera lista, los progresistas incluyeron cinco candidatos, entre ellos a Segoviano. Pero ante la insistencia del sector conservador de que debían proponer un solo candidato, optaron por José Manuel Bandrés.
Macías aceptó pues a María Luisa Segoviano, la semana pasada, y dijo a sus interlocutores progresistas que ella era una “anécdota”.
Mozo y Cuesta empezaron a masticar la idea en Nochebuena, al día siguiente de que el sector conservador solicitara al presidente el nuevo Pleno extraordinario y elevara la propuesta dupla Tolosa-Segoviano, lo que suponía sustituir al magistrado Pablo Lucas propuesto en la anterior iniciativa, que no logró los 11 votos (3/5 sobre 18 miembros) requeridos.
Pero no terminaron de creerse que Macías y sus colegas votarían de verdad por Segoviano llegado el Pleno. Entonces decidieron que lo mejor era llevar esta partida de mus en secreto, sin negociar con los conservadores.
Segoviano fue arropada en 2006 para ser presidenta de la Sala Cuarta de lo Social del Supremo -la primera mujer en presidir una sala del alto tribunal- entre otros, por vocales del CGPJ como Clara Martínez de Careaga, a quien han recusado Macías y otros cuatro conservadores. Es muy respetada como magistrada laboralista y ha sido afiliada de Jueces para la Democracia.
“Nuestra primera reacción cuando propusieron el Pleno extraordinario y a Segoviano en lugar de Lucas fue reafirmarnos en Bandrés y eso hicimos formalizando nuestra propuesta para ir viendo lo que iban a hacer, ver si era una mera liebre, pero al tiempo supimos que González-Trevijano iba a bloquear la nueva proposición de ley que ya se había anunciado para desactivar los bloqueos. Nunca tuvimos la garantía de que el sector conservador quería llegar a un acuerdo. Sabíamos que personas individuales tenían reticencias a seguir bloqueando, pero también que estaban temerosos. Uno de ellos nos dijo: “No queremos que nos tomen la matrícula”. relata Álvaro Cuesta a El Periódico de Catalunya.
Y prosigue: "En el último Pleno hubo un conato de gente conservadora que quería llegar a un acuerdo incluso votando a Bandrés". Cuesta recuerda: "Pero Macías inmediatamente le dio la vuelta, después de reunirse con ellos".
Fue en la reunión de grupo de este martes 27 a las 15:30 cuando Mozo y Cuesta plantearon lo que era una idea general, anteponer la superación del bloqueo después del golpe del TC contra el Congreso y el Senado, al nombre de las personas. Anticiparon, unos días antes, a Bandrés que, si en efecto, María Luisa Segoviano no era un señuelo votarían por la dupla Segoviano-Tolosa. Fuentes solventes informaron que, sin ocultar su lógica frustración frente a la campaña de la derecha contra él, Bandrés coincidió en que lo fundamental era acabar con el bloqueo enquistado.
En esta reunión previa al Pleno, según han relatado a este periódico Álvaro Cuesta y la vocal Concha Sáez, se barajaron “distintos giros de guión de los conservadores” y cómo responder a ellos. O sea un plan B para la eventualidad de un cambio de última hora.
La votación se hizo, como es norma, por orden de edad, de menor a mayor. Los primeros tres que votaron fueron vocales conservadores: Maru Carmona, José María Macías y Nuria Díaz Abad. Los tres por Tolosa-Segoviano. Macías tomaba notas en un cuaderno que ponía los nombres.
En cuarto lugar, Roser Bach, tenía que votar por videoconferencia desde Barcelona. Y aquí se ponía boca arriba la primera carta del sector progresista. Bach dijo: Segoviano- Tolosa.
Macías no daba crédito, pero podía tratarse de una excepción. A continuación, vendría el Mar Cabrejas, del sector progresista y ya era evidente que Bach no sería la excepción. Luego votaron los llamados Juanes- Juan Martínez Moya y Juan Manuel Fernández- y llegó el turno de Clara Martínez de Careaga, a quien Macías y su grupito de cuatro habían recusado sin éxito por ser esposa del magistrado del TC Cándido Conde-Pumpido.
La vocal dijo que aunque votaba por Segoviano-Tolosa por necesidad de superar la situación de bloqueo y no por renunciar a Bandrés.
Ya no cabía, pues, duda. Macías captó que estaba cazado. Siguieron en el orden de votación, varios por vía telemática, Enrique Lucas, Concha Sáez, Gerardo Martínez Tristán, Pilar Sepúlveda, José Antonio Ballestero, Carmen Llombart, Álvaro Cuesta, Wenceslao Olea, Vicente Guilarte y Rafael Mozo.
Durante la rueda de prensa de fin de año, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, omitió en la presentación de los acontecimientos del año la crisis del TC y CGPJ. Esa fue una primera pista de que esperaba una noticia, aunque todavía, como los propios vocales progresistas, no las tenía todas consigo. Pero estaba al loro. Por eso dijo que la urgencia de una nueva proposición de ley para impedir los bloqueos dependía de lo que se decidiera en el CGPJ y que los grupos parlamentarios deberían debatir sobre ello.
González-Trevijano, pues, tendrá que cumplir su promesa. Ya hay cuatro magistrados sobre la mesa.
Hora de marcharse. Más pronto que tarde, como decíamos ayer.
Según la ley Orgánica del TC cuando se renueva un tercio -cuatro de doce- de los miembros, se procede a elegir nuevo presidente y vicepresidente entre los magistrados del tercio al que le quedan los últimos tres años de mandato, en este caso entre los magistrados que resultaron elegidos en 2017.
Los siete miembros del sector progresista, con la incorporación de Segoviano, debatirán internamente para proponer su candidato. Todas las informaciones apuntan a que pese a los grandes esfuerzos del sindicato mediático-judicial para emponzoñar la candidatura del magistrado Cándido Conde-Pumpido han fracasado y que será el próximo presidente del TC hasta el vencimiento de su mandato el 15 de marzo de 2025. De ese tercio correspondería al magistrado conservador Ricardo Enríquez ejercer la vicepresidencia.
Se termina, pues, una fase del “golpe de Estado permanente”, un concepto que acuñó el primer secretario del partido Socialista francés en 1958 y que publicó como libro sobre la V república francesa y la apropiación de todos sus instituciones por el presidente Charles de Gaulle.
Queda por renovar el CGPJ, que el PP de Alberto Nuñez Feijóo pretende mantener empantado hasta las elecciones generales de finales de 2023 o primeros de 2024, y cuya capacidad para hacer nombramientos sigue suspendida.