García-Castellón y Gadea marchan de la Audiencia Nacional y Pedraz sopesa concursar por el juzgado del Tsunami
El magistrado se jubila el 16 de octubre pero con vacaciones pendientes marchará el 31 de julio para no regresar y su juez de apoyo ocupará su plaza como juez de adscripción territorial en Madrid.
Se mueve el banquillo en la Audiencia Nacional.
El juez Manuel García-Castellón, titular del juzgado de instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, cuya jubilación está prevista para el 16 de octubre, cuando cumple 72 años, prepara su salida a final de julio próximo, con la utilización de permisos y vacaciones pendientes. Al tiempo, el 30 de junio vence la comisión de servicios del juez de apoyo del mismo juzgado, Joaquín Gadea, quien abandona la Audiencia para ejercer en la plaza de su propiedad como juez de Adscripción Territorial (JAT) en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Durante los últimos meses, según ha sabido este periódico, el titular del juzgado de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, se ha planteado acudir al próximo concurso que tiene que ser convocado para adjudicar la plaza de García-Castellón.
Pedraz ya saltó de su juzgado de instrucción número 1 de la Audiencia Nacional al número 5, tras ocupar interinamente este último a raíz del nombramiento del juez José de la Mata como miembro de la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Judicial (Eurojust). Pedraz concursó después, en 2020, y compitió con la magistrada Mercedes Alaya, quien, como titular del juzgado de instrucción número 6 de Sevilla, investigó casos como el de los ERE de Andalucía. Con 36 años y 8 meses de antigüedad, Pedraz impidió el desembarco de la magistrada en el juzgado 5, mientras que el juez Francisco de Torre ganó, a su vez, la plaza del 1 que dejaba Pedraz y que intentó ocupar Alaya.
La salida de García-Castellón, por un lado, y el vencimiento de la comisión de servicios de Gadea, por el otro, dejaran completamente libre el juzgado central de instrucción número 6, en el que se concentran cuarenta y siete piezas del caso Tándem-Villarejo, y están pendientes muchos casos de corrupción, cuya instrucción ha llevado una eternidad, que afectan al Partido Popular (casos Lezo y Púnica, entre ellos). En el caso en el que la plaza tardase en adjudicarse, la magistrada titular del juzgado número 3 de la Audiencia Nacional, María Tardón, se haría cargo, en el interregno, del juzgado número 6.
Pero, en todo caso, tanto García-Castellón como Gadea, que trabajan codo y elaboran conjuntamente muchas resoluciones, dejarán la Audiencia Nacional después de publicarse la ley de amnistía en el Boletín Oficial del Estado (BOE) a primeros de junio.
Por tanto, les tocará pronunciarse sobre su aplicación a los imputados en el caso de Tsunami Democràtic.
Fuentes judiciales estiman que, habida cuenta del activismo que han exhibido contra la amnistía, muy probablemente elevarán una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea+ (TJUE). Una diligencia que, afirman las fuentes, iría en paralelo a la que también podría presentar la magistrada de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Susana Polo, que ha citado a declarar a Carles Puigdemont y a Ruben Wagensberg el 17 y 21 de junio, respectivamente, como imputados en el caso Tsunami Democràtic.
García-Castellón todavía no ha citado a prestar declaración a aquellos que no son aforados, pendiente de que los organismos de seguridad le aporten su localización y domicilios que ha solicitado algunas semanas.
Mientras la magistrada Polo ha optado por dejar pasar las elecciones catalanas y europeas para que declaren los dos imputados citados-es una norma no escrita de la Sala Segunda del Supremo no hacer diligencias que puedan incidir en procesos electorales- está por ver si el juez García-Castellón seguirá el mismo patrón de conducta.
El juez Pedraz, por su parte, ha expresado a magistrados próximos su intención de pasar del juzgado 5 al 6 de la Audiencia Nacional. No es fácil de entender por qué razón optaría por cambiar nuevamente de juzgado y pasar al 6 tres años después de haberse hecho cargo del número 5. Desde luego, tiene ya más de 40 años de antigüedad en la carrera y será difícil que, de decidirse a optar, pierda la plaza.
“La carga de trabajo del juzgado que deja García-Castellón es impresionante. Hay causas que llevan largos años instruyéndose sin que se advierta todavía la luz al final del túnel, para no hablar de las cuarenta y siete piezas separadas del caso Tándem-Villarejo”, dijo una fuente judicial consultada muy familiarizada con la marcha de los juzgados de la Audiencia Nacional.