El último cartucho de Puigdemont: una OPA para sumar a ERC a una resucitada lista Junts del Sí y repetir elecciones
El expresidente intenta atraer a las bases republicanas, que serán consultadas sobre la salida, con la ficción de la simple mayoría que requiere la abstención imposible del PSC.
Alberto Nuñez Feijóo ha aportado su propio grano de negación a la política del PP: es inexacto que Pedro Sánchez haya acabado, por así decir, con el procés o mejor dicho, con la mayoría independentista, tal como se ha podido ver en las elecciones autonómicas del 12 de mayo. Aunque Feijóo también ha asumido que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es débil ante la banda terrorista ETA, ese estado de negación no ha sido de su propia cosecha; ya estaba consagrado cuando llegó a la presidencia del PP al quedar fulminado Pablo Casado por Isabel Díaz Ayuso.
Nuñez Feijóo ha continuado con ese discurso y enfatizado más, si cabe, pero ahora añade que el final de la mayoría independentista que difunden el PSOE y el PSC, es fake, que, en realidad, el presidente del Gobierno ha resucitado a Carles Puigdemont y a Junts e, incluso, que le va a hacer presidente de la Generalitat. Dani Sirera, el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, lo ha explicado esta mañana del viernes 17 de mayo en el programa de Gemma Niega, Cafè d'idees, en RTVE: “Si Sánchez puede. hará presidente de la Generalitat a Puigdemont”. Horas más tarde, el presidente del Gobierno rechazó la ocurrencia: “Puigdemont tiene que asumir la realidad. todos los caminos conducen a Illa”.
Aznar negoció con el Movimiento Vasco de Liberación Nacional, como le llamó leyendo un papelito ante las cámaras de televisión cuando anunció en 1998 que mantenía conversaciones con la banda terrorista ETA. Los terroristas querían que les llamase Movimiento Nacional de Liberación Vasco, y Aznar cumplió aunque con un baile de palabras. Prometió que iba a ser “generoso” con los terroristas pero no lo consiguió. Arriola, su íntimo asesor, y otros, fracasaron.
A partir de la frustración de traer la paz, nadie más podría en adelante ni intentarlo ni conseguirlo. Y sí así se intentaba iba a vérselas con la tenaz oposición del PP de Aznar y con el de sus sucesores. Fue el comienzo de lo que podríamos llamar, psicoanalíticamente, la “psicopatía del PP”.
“Es una afección mental por la cual una persona tiene un patrón prolongado de manipulación, explotación o violación de los derechos de otros sin ningún remordimiento”. Lo que yo hago es siempre lo correcto y no lo es cuando eso mismo lo hacen otro; la propiedad de lo correcto es mía.
Rajoy acusó en el Congreso de los Diputados Zapatero de traicionar a los muertos, pese a que Zapatero le informó en privado que abriría una línea de negociación para que los terroristas dejaran de matar y le rindió, hasta donde podía, cuentas sobre esos contactos.
Pero el PP mantuvo su denuncia y acusó a Zapatero de “vender Navarra” en esas negociaciones.
ETA dejó primero de matar y se disolvió más tarde. Pero el PP siguió con la presencia de ETA en la vida política española, sirviéndose de las víctimas de la violencia etarra y de sus asociaciones, a las que ya había movilizado contra la presunta traición de Zapatero. Y con la entrada en escena de EH Bildu, como producto del abandono de la violencia terrorista, se agarró como un clavo ardiendo a ello para seguir colocando a ETA en el centro de la escena política. Le era rentable en el resto de España, a excepción de Euskadi.
Según decíamos, Nuñez Feijóo ha aportado ahora al estado de negación respecto de ETA el estado de negación respecto al independentismo. Antes del 12-M, Sánchez iba a hacer presidente a Puigdemont, quien le había dado los siete votos a cambio de una ley de amnistía. Una ley, todo hay que decirlo, que había impulsado ERC, después de haber exigido con éxito los indultos, según ha reivindicado el líder Oriol Junqueras.
¿Hay alguna posibilidad de que Nuñez Feijóo pueda ver su profecía autocumplida con los partidos soberanistas en Cataluña?
El `informe PISA´ y Puigdemont
¿Tendrá algo que ver que España ha obtenido en el informe PISA 2022 su peor resultado histórico en matemáticas con la facilidad con la que está entrando en los caladeros de votos independentistas, incluyendo a la base de ERC, el mensaje de Puigdemont, sobre la mayoría simple de sies frente a los nos para conseguir ser investido?
¿O es simplemente la inteligencia emocional del presidente la que consigue ganar adeptos a estas horas para que le permitan ser el presidente de la Generalitat?
Puigdemont dice: yo sumo más con ERC y la CUP que el PSC con los Comuns. Por tanto, puedo gobernar. Y de forma más coherente (soberanismo)
La mayoría del Parlament de 135 diputados son 68.
El PSC, Comuns y ERC tienen 68. Mayoría absoluta.
Puigdemont ha sacado 35, a los que si se suman los 20 de ERC y los 4 de CUP llegan a 59.
Descartemos pues la mayoría absoluta.
En mayoría simple, afirma Puigdemont, tendría más síes que noes. ¿Por qué descalificáis de entrada mi propuesta de ser president?
Porque Puigdemont no es una alternativa sino el castillo en el aire, Junqueras dixit. ¿Pero, hombre, acaso Nuñez Feijóo no ganó como Salvador Illa las elecciones del 23 de julio y Sánchez terminó en La Moncloa?, afirma el president. O no pasó lo mismo con Trias, que venció y Collboni se alzó con del Ayuntamiento de Barcelona?
Problema: no es suficiente que ERC le dé los votos.
La gran baza no es esa: la gran baza es que el PSC se abstenga
. Porque para conseguir más síes que noes, Puigdemont necesita esa abstención. Él enfatiza el cálculo mátemático de los síes y los noes y la gente dice, oye, es cierto esto de Feijóo y de Collboni. Por qué no darle los votos en lugar de hacer presidente a Illa.
Porque, claro, ERC tiene que votar sí a Illa para sumar 68, no le basta con abstenerse.
Puigdemont tiene la habilidad de aparecer como el conseguidor de cosas que parecen imposibles. Ensoñaciones. La amnistía, por la que trabajó ERC después de obtener los indultos -minusvalorados por el presidente- se la ha apuntado íntegramente Puigdemont. Éxito unilateral de Puigdemont desde Waterloo.
Pero el castillo en el aire consiste en esto: no hay antecedente de que un candidato y un partido que haya ganado como Illa -por supuesto podía haber obtenido un resultado menos tortuoso- se abstenga para hacer presidente al que resultó segundo.
Ni Feijóo lo hizo por Sánchez ni Trías por Collboni.
¿Cuáles son entonces las alternativas?
Si ERC quiere evitar la repetición de elecciones solamente tiene una salida: le da el sí e inviste junto con los Comuns a Illa presidente.
O decide no apoyar a Illa y se repiten elecciones.
El argumento para dar el sí a Illa es natural: no queremos repetición de elecciones. ERC, en buena lógica, está maltrecha, derrotada, para ir a un nuevo combate electoral. Quién será su candidato. Tendrá que improvisar. En lugar de 20 escaños, podría pasar a 15. O menos.
En caso de que el sí a Illa sea rechazado por una parte de la dirección y las bases de ERC, la alternativa no es Puigdemont -ya vimos que lo esencial para él es algo que no está en la mano de ERC, la abstención del PSC, lo que no va a conseguir- es la convocatoria de nuevas elecciones.
A priori, es la inmolación de ERC.
Puigdemont quiere esas elecciones. Ha sacado un excelente resultado sin pisar Cataluña. Una nueva elecciones es claramente Illa versus Puigdemont. Y con el presidente en Cataluña -amnistía mediante- haciendo campaña en España.
La carta de Junts pel Sí
Pero, atención, ¿hay alguna posibilidad de que una ERC desesperada, dividida, frustrada, se deslice hacia un planteamiento de todo por la patria?
En román paladino: que después de no haber dado el sí para investir a Illa, decida ir a una repetición de elecciones compartiendo con Puigdemont una lista única.
Es vender el “humo” que denunció Junqueras.
Es decir: resucitar al Junts pel Sí del 2015 en condiciones aparentemente muy buenas para ERC que sería acogida magnánimamente -con abundantes puestos en la lista, número dos incluido, y compromiso de futuros cargos en un posible Govern.
Enfrente tendrían al PSC, Comuns, PP, y Vox.
Es decir: teóricamente podría haber una victoria de Junts pel Sí sobre el PSC.
Las alternativas serían: un gobierno independentista o de las fuerzas de oposición al independentismo.
Teóricamente, porque ni el PSC ni Comuns van a aliarse con el PP y Vox. Ergo: tendría el PSC que dar el sí a Puigdemont -ganador frente al PSC- de las elecciones.
Adónde nos conduce este ejercicio -cuyas posibilidades son muy remotas- a la afirmación de Nuñez Feijóo, a saber, que el PSOE y el PSC a hacer presidente a Puigdemont.
Tanto Aragonés como Junqueras y Joan Ignasi Elena han insistido en que ERC pasa a la oposición. Y el proceso de reconstrucción con congreso en noviembre de 2024 que ha anunciado Junqueras asume de facto que habrá nuevo govern. Y el único posible es el de Illa.
Eso quiere decir, repito, que habría gobierno.
Pero si ERC está en esa posición tendría que hacer campaña cuanto antes contra las matemáticas de Puigdemont. Que están calando en el electorado independentista. Decir cuanto antes: la alternativa es sí a Illa o repetir elecciones. No estamos en condiciones de repetir.
Publicado en El Periódico de España