‘Das Lebensraum’ en Palestina, el `espacio vital´ de Netanyahu
"Gaza el mayor campo de concentración del mundo”, según el extinto sociólogo israelí Baruch Kimmerling
La resolución 181 “de partición” dela ONU para Palestina, del 29 de noviembre de 1947, no se propuso ecuanimidad alguna al adjudicar al naciente estado de Israel (630.000 colonos sionistas) el 56% del territorio y a la nueva Palestina (1.300.000 árabes palestinos) el 44 por ciento de las tierras.
En la película Éxodo (Otto Preminger, 1960, con guión de Dalton Trumbo) tras conocerse la resolución, Barak Ben Canaan, padre de Ari, miembro del Haganah (grupo paramilitar de autodefensa judío oficial) se dirige a la jubilosa multitud:
-A la población árabe de la Palestina judía. Os imploramos que os quedéis en vuestros hogares y tiendas. Trabajaremos como iguales en el estado libre de Israel.
Aplausos a rabiar.
Mientras se entona el Hatikva (La esperanza), el que sería el próximo himno de Israel (escrito por un poeta nacido en Galitzia (ahora Ucrania) con melodía italiana, La Mantovana, interpretada por el compositor checo Bedrich Stmetana, recompuesta por Samuel Cohen), la cámara se traslada a la reunión en casa del palestino Taha, donde se encuentra Ari Ben Canaan. Taha, dueño de las tierras del valle, se muestra triste.
-Que te pasa Taha -pregunta Ari Ben Canaan
-Tú ganas tu libertad y yo pierdo la mía- replica Taha.
-Nunca hemos tenido libertad, ni tú ni yo. Vivimos bajo el yugo británico. Ahora somos ciudadanos iguales- enfatiza Ari.
-Ahora mis tierras son de Israel -se lamenta Taha.
-Pero siguen siendo tus tierras- objeta Ari.
-Estoy en minoría -dice Taha.
-Minoría, mayoría, qué más da -tranquiliza Ari.
-¿Por qué has luchado tanto para lograrlo si daba igual? - cuestiona Taha.
-Porque hay cientos de miles de personas sin ningún otro lugar adónde ir -dramatiza Ari.
-¿Adónde va a ir mi pueblo?- le sigue Taha.
-¿Irse? Pero si este es su hogar. Tenemos que demostrar que podemos llevarnos bien juntos. Hay 630.000 judíos en Palestina- subraya Ari.
En el valle, Taha es ahorcado por los suyos que le consideran traidor al tiempo que la niña judía de quince años, coprotagonista del film, ha aparecido asesinada.
Ante la tumba conjunta, Ari jura:
-Un día llegará en el que árabes y judíos compartirán una vida pacífica en la tierra en la que siempre han compartido la muerte.
The End. La película termina con la esperanza. Seis meses más tarde, el 15 de mayo de 1948, se declara en el Museo de Arte de Tel Aviv el nacimiento del Estado de Israel.
No llegan a cumplirse veinticuatro horas cuando los ejércitos de Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Irak declaran la guerra e invaden Israel.
Es la llamada primera guerra árabe israelí de 1948.
Y esto nos conduce a Gaza.
Como resultado de la guerra -Nakba o catástrofe para los palestinos- unos 750.000 árabes palestinos que vivían en el territorio convertido en Israel (90 por ciento de la población palestina total allí) son expulsados.
Alrededor de 250.000/300.000 son arrinconados en Gaza, donde saturan a la población árabe ya existente.
Gaza se transforma en un campo de refugiados y serán clasificado así más tarde. Refugiados y descendientes de refugiados. Una población de 2,3 millones en una franja de 41 kilómetros de largo por entre 6 y 12 kilómetros de ancho. Es la zona más densamente poblada del mundo. Los refugiados salvo excepciones no han salido nunca de allí.
El lector debe recordar ( ver artículo de ayer) lo que le dice Ari Ben Canaan a su amigo Taha antes de su muerte sobre el sentido de su lucha por crear Israel.
-Porque hay cientos de miles de personas sin ningún otro lugar adónde ir.
Israel necesitará espacio vital o hábitat: das lebensraum en alemán.
Es lo que se conoce como las políticas de colonización de Alemania entre 1890 y 1940. Durante la Alemania nazi, se transformó en un principio ideológico, y un objetivo territorial, basados en la idea expuesta por Hitler en Mi Lucha (1925), sobre la necesidad de Alemania de “espacio vital", que se buscará en Europa Oriental.
Del 56 por ciento arbitrario establecido por la ONU en 1947, Israel pasará a ocupar el 80 por ciento del antiguo territorio bajo mandato británico llamado Palestina.
La resolución de la ONU de 1946 aun siendo favorable a Israel, acaba siendo un papel mojado.
Tanto la Franja de Gaza como Cisjordania y Jerusalén Este, serán, pues, los territorios fuera, teóricamente, de control israelí.
Pero llega junio 1967. La guerra de los seis días entre los países árabes e Israel. La lebensraum da un significativo paso hacia adelante.
Ahora el gobierno de Tel Aviv se expande. Pasa a tener bajo su control Cisjordania incluyendo Jerusalén Este y la Franja de Gaza. Además, ha anexado la península de Sinaí egipcia y las alturas del Golán de Siria.
Y llegamos, pues, a la palabra prohibida para los ideólogos de Israel, pero no para la ley internacional (Convenciones de La Haya y de Ginebra). Es decir: los territorios conquistados son “territorios ocupados”.
Noviembre de 1967. Resolución por unanimidad del Consejo de Seguridad de la ONU, la 242. Este famoso número (conocida con la fórmula “tierra por paz”) estipula que no es posible hacerse con el control de territorios a través de una guerra.
Ergo: Israel debe ceder los “territorios ocupados”. A cambio, las naciones árabes deberían reconocer el derecho de Israel de convivir en paz con sus vecinos.
El proceso se desarrolla con la disposición de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) de Yasser Arafat, a reconocer a Israel a cambio de ejercitar su derecho a la autodeterminación en Cisjordania, Jerusalén Este y Gaza.
El gobierno de Israel rechaza el pacto, considera los “territorios ocupados” parte de “su” tierra prometida.
Guerra del Líbano 1982. Matanzas del Ejército de Israel en los campos de refugiados de palestinos de Sabra y Shatila.
Empieza el levantamiento popular en Gaza: la idea de que se ha resuelto la “cuestión palestina” se evapora.
En diciembre de 1987 comienza en Gaza la primera intifada, la revuelta palestina de desobediencia no armada. Y enseguida en Cisjordania.
El gobierno Israel aplica la llamada “fuerza del poder y los golpes (primer ministro Isaac Rabin) pero finalmente hay negociación en Oslo (los Acuerdos de Oslo, 1993).
La OLP se compromete a reconocer a Israel a cambio de vagas promesas: los dos estados. Finalmente, Arafat será un virtual títere de Israel.
Nace la Autoridad Nacional Palestina. La percepción de los palestinos es que la ANP es una administración corrupta al servicio de los gobiernos israelíes.
Segunda intifada no armada en septiembre de 2000.
Nueva derrota palestina.
2006. Elecciones en Gaza, que cuenta con 2,3 millones de palestinos, y en Cisjordania. EE.UU exhorta a todos los partidos a presentarse. El expresidente Jimmy Carter viaja a la zona para supervisar los comicios.
Hamás, un movimiento palestino fundamentalista islámico, gana inesperadamente las elecciones.
Israel, la Unión Europea y los Estados Unidos promueven un bloqueo a Gaza. Hillary Clinton dirá que el gobierno norteamericano faltó a su trabajo antes de las elecciones: asegurarse de que Hamás no saliera elegido.
El bloqueo es terrible. Incrementa más allá de cualquier límite el sufrimiento físico y psicológico de una población refugiada, ahora castigada por “elegir mal” a sus representantes.
¿Estaba todo escrito sobre el camino que Hamás adoptaría?
Los testimonios no lo certifican. Los primeros acercamientos indicaban la disposición de Hamás a negociar.
Sin embargo, la hostilidad de Israel no será pasajera. En 2008, Israel eliminará a 1.200 gazatíes, entre los que se incluyen 350 menores, arrasa con 6.300 viviendas e infraestructuras, y pone las bases de lo que será años más tarde -ahora mismo- un paisaje similar al que los aliados pintaron con sus bombardeos sobre la ciudad alemana de Dresde, al final de la Segunda Guerra Mundial.
Por otra parte, Benjamin Netayahu instará más tarde en la Knesset a su partido Likud a respaldar a Hamás.
“El que quiera bloquear la creación de un estado palestino debe apoyar el crecimiento de Hamás y transferirle dinero. Es parte de nuestra estrategia: aislar a los palestinos de Gaza de los de Cisjordania”, les asegura.
No es necesario abundar en las cifras de muertes hasta el 7 de octubre, el día que la fracción militar de Hamás rompió la valla de acero en una acción militar sin precedentes que provocó el horror con el asesinato de 1.400 personas, gran parte de ellos civiles, y secuestró a 222 personas, civiles y militares, con el objetivo de canjearlos con alrededor de 5.000 prisioneros palestinos en las cárceles de Israel.
Llevamos con la invasión israelí más de 9.000 muertos, la mitad de ellos menores.
El sociólogo israelí Baruch Kimmerling (1939-2007) definió a Gaza, en 2003, como el “campo de concentración más grande de la historia (Politicidio. La guerra de Ariel Sharon contra los palestinos). Pues eso.
Es imposible, pues, examinar los hechos del 7 de octubre de 2023 como el punto de partida de lo que ocurre, o como el Holocausto II.
¿Unos hechos “no provocados”, como ha afirmado el demócrata Robert F. Kennedy?
Más bien la consecuencia de la política del lebensraum de Israel, según se deduce de la exposición de Netanyahu en la ONU al hablar del nuevo Medio Oriente y el Gran Israel el 22 de septiembre de 2023... a punto de firmar la paz con Arabia Saudí.