Balaguer acude al 'duelo' con los 4 votos conservadores ante la mayoría progresista de Conde-Pumpido
El presidente en funciones del Tribunal Constitucional, Ricardo Enríquez, le confirmó el apoyo a su candidatura
La magistrada María Luisa Segoviano participó este martes día 10 de enero en el cónclave del grupo progresista (7 magistrados) sin dar indicios sobre su voto de hoy para la presidencia. Juega con la carta tapada hasta el último momento. Esta mañana a las 13 horas se votarán las candidaturas para presidente y vicepresidente en dos votaciones separadas. No ha habido pacto progresista-conservador sobre la vicepresidencia. El conservador Enríquez podría ser el próximo vicepresidente.
-Pregunta ¿Es correcto que el actual presidente en funciones del Tribunal Constitucional, Ricardo Enríquez, le informó que cuenta con los cuatro votos del sector conservador para su candidatura a presidenta?
-María Luisa Balaguer Sí, ya hace muchos días que me lo dijo…
Este fue el diálogo que mantuvo este periodista con la magistrada María Luisa Balaguer ayer a las 19:07 horas, después de conocer que, de manera ya oficial, dos candidatos del sector progresista se presentarán a las 13:00 de hoy como postulantes alternativos a la presidencia del TC: Cándido Conde-Pumpido y María Luisa Balaguer. Esas candidaturas fueron oficializadas este martes al mediodía en un cónclave del sector progresista (7 magistrados incluyendo a la nueva magistrada María Luisa Segoviano) celebrado en el despacho del magistrado Ramón Sáez para analizar los problemas del tribunal de garantías después de un año de parálisis y bloqueo.
Fuentes del tribunal consultadas señalan que Conde-Pumpido explicó su plan, elaborado con Sáez y la magistrada Inmaculada Montalbán, para acabar con el enorme retraso en la resolución de recursos de amparo y de inconstitucionalidad (el de la ley del aborto lleva congelado doce años) y la situación de parálisis desde el nombramiento de Pedro González-Trevijano como presidente (noviembre de 2021), parálisis solo interrumpida cuando el Partido Popular (recurso de amparo y medidas cautelarísimas para desactivar las reformas en el Congreso y Senado dirigidas a evitar el enquistamiento del bloqueo deliberado del TC ), tuvo necesidad de que el presidente saliente se mojara a tope.
Fue el broche de oro de una presidencia que empezó en noviembre de 2021 poco después de que en calidad de magistrado ponente consiguiera cargarse el estado de alarma aprobado por el Congreso de los Diputados para combatir la pandemia del coronavirus, una decisión de inconstitucionalidad que arrastró a casi todas las medidas oficiales contra la pandemia.
Por su parte, María Luisa Balaguer utilizó dos argumentos básicos en defensa de su decisión presentarse a la presidencia. La primera es que cuenta con los votos de los cuatro magistrados del sector conservador, lo que, según explicó, permitiría, si los seis, aparte de ella, del grupo progresista la respaldaban, lograr una presidenta por unanimidad.
La segunda, es que como militante feminista, creía adecuado que, siendo ahora cuatro mujeres en el tribunal, la próxima en ocupar la presidencia fuese una mujer. María Emilia Casas, magistrada progresista experta en Derecho del Trabajo, fue la primera mujer, y hasta ahora única, en presidir el TC entre 2004 y primeros de 2011.
Balaguer también mencionó que había logrado consolidar una relación personal con el presidente saliente, Pedro González-Trevijano, lo cual le había permitido influir para aparcar durante su mandato (hasta las medidas cautelarísimas en las cuales ella se enfrentó al ponente Enrique Arnaldo de dicha resolución la tarde del pasado 21 de diciembre) , diversos recursos que suponían una polarización y confrontación cuando el TC estaba ante la renovación de los cuatro mandatos vencidos, entre ellos el de González-Trevijano, el 12 de junio de 2022.
Las fuentes consultadas señalan que, según Conde-Pumpido, el sector progresista tenía que elegir a su candidato, sin tener en cuenta el planteamiento de los magistrados del sector conservador, habida cuenta de que por una vez en estos nueve años, en que se podía nombrar presidente a un progresista, era evidente la necesidad de evitar que éste fuera “seleccionado” de hecho por los conservadores.
La magistrada María Luisa Segoviano no dio pista alguna sobre su voto para la presidencia.
Ingresó Segoviano, como experta en derecho laboral, en la Sala Cuarta de lo Social del Tribunal Supremo en 2006 cuando el magistrado Conde-Pumpido era fiscal general del Estado del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Pero sus carreras en el Supremo fueron paralelas entre 2011, cuando Conde-Pumpido regresó como magistrado a la Sala Segunda del Tribunal Supremo, y 2017, fecha en que fue designado magistrado del TC. Aun así no se conocieron en persona hasta el acto de toma de posesión.
En 2020, la magistrada de la Sala Quinta de lo Militar del Supremo y vocal Clara Martínez de Careaga, esposa del magistrado, votó junto con la mayoría del sector progresista del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a favor de nombrar a Segoviano, la primera mujer presidenta de una sala en el Supremo, la Sala de lo Social.
La votación de presidente y de vicepresidente del TC de hoy miércoles 11 es una votación separada. Primero se elige al presidente y a continuación al vicepresidente.
Aunque la mayoría progresista podría imponer con su mayoría (7 a 4) también al vicepresidente, fuentes consultadas señalan que se contempla, como ya se hizo en noviembre pasado, un reparto: en este caso la presidencia para el sector mayoritario y la vicepresidencia para la minoría. Esto se podría traducir en el nombramiento del magistrado conservador y de mayor edad del tribunal, Ricardo Enríquez.
Con todo, no ha habido pacto para ello. Habrá que tener en cuenta también la posición del propio magistrado.
En marzo de 2017, el sector progresista propuso como vicepresidente a Fernando Valdés, y el sector conservador cooptó a Encarna Roca, del grupo progresista, votó por ella y salió elegida vicepresidenta.
El precio de romper al grupo progresista en ese momento se hizo notar a lo largo de los años siguientes, culminando con el enrolamiento del voto decisivo de Roca para declarar inconstitucional el estado de alarma en julio de 2021, a petición del recurso del partido ultraderechista Vox.
El voto se efectúa en secreto. La secretaría del tribunal pone los nombres de los candidatos en un papel y este pasa a los once miembros, quienes colocan una cruz en cada uno de ellos.
Y en primera votación, según el artículo 9 de la ley Orgánica del Tribunal Constitucional, gana el que obtiene mayoría absoluta. Si no se alcanza, una segunda votación dará el triunfo a quien mayor número de votos consiga.
La reunión del grupo progresista, según fuentes de ambas candidaturas, respetó la decisión de María Luisa Balaguer de presentarse por su cuenta, sin exigirle que retirase su decisión, cosa que de todos modos, según ella ya había adelantado, no iba a ocurrir.
Los dos candidatos a la presidencia expusieron sus puntos de vista - antes de la reunión de este martes 11- en contactos telefónicos con la magistrada María Luisa Segoviano, quien el lunes 2 de enero, dijo en una comparecencia pública, antes de tomarse esa semana de vacaciones, que deseaba conocer los planes de cada candidato antes de decidir.
Un verdadero suspense se ha instalado en esta elección por la discreción extrema de María Luisa Segoviano. O puede que ese suspense sea también un MacGuffin hitchcockiano.
En la versión del mago del suspense, un MacGuffin podía ser un aparato para cazar leones en Escocia, pero a la objeción de que en esas tierras no había leones la respuesta fue “entonces eso de ahí no es un MacGuffin”.
En otros términos, que Segoviano ha permitido el avance de la trama de suspense, pero la decisión ya estaba tomada.
Con todo, fuentes solventes aseguran que María Luisa Segoviano llega con dudas sobre ambos candidatos hasta el final. Vicente Guilarte, vocal del CGPJ y abogado de los colegios de registradores de España, que ha sido, junto con el vocal Juan Martínez Moya, su máximo valedor, ha sido su almohada de consulta.
Continuará.